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Cada año, los fuertes vientos transportan a través de la atmósfera más de mil millones de toneladas métricas —o el peso de 10.000 portaaviones— de polvo mineral provenientes de los desiertos y otras regiones secas de la Tierra. Si bien los científicos saben que el polvo afecta el medio ambiente y el clima, no tienen suficientes datos para determinar, en detalle, cuáles son o pueden ser esos efectos en el futuro; al menos no todavía.
Lanzado a la Estación Espacial Internacional el 9 de junio, el instrumento de Investigación de las Fuentes de Polvo Mineral en la Superficie de la Tierra (EMIT, por sus siglas en inglés) de la NASA ayudará a llenar esos vacíos de conocimiento. El espectrómetro de imágenes de última generación de EMIT —desarrollado por el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) de la agencia en el sur de California— recopilará más de mil millones de mediciones de la composición de las fuentes de polvo en todo el mundo en el transcurso de un año. Con esto, los científicos avanzarán significativamente en la comprensión de la influencia del polvo a lo largo y ancho del sistema terrestre.
Estas son cinco cosas que debes saber sobre EMIT:
Las regiones desérticas producen la mayor parte del polvo mineral que llega a la atmósfera. También suelen ser lugares remotos, lo que dificulta que los científicos recolecten manualmente muestras de suelo y polvo en estas vastas regiones.
Desde su posición en la estación espacial, EMIT mapeará las regiones donde se origina el polvo mineral del mundo. El espectrómetro de imágenes también proporcionará por primera vez información sobre el color y la composición de las fuentes del polvo a nivel mundial. Estos datos ayudarán a los científicos a comprender qué tipos de polvo dominan cada región y mejorarán su comprensión del impacto del polvo en el clima y el sistema terrestre en el presente y en el futuro.
En este momento, los científicos no saben si el polvo mineral tiene un efecto acumulativo de calentamiento o enfriamiento en el planeta. Esto se debe a que las partículas de polvo en la atmósfera tienen diferentes propiedades. Por ejemplo, algunas partículas pueden ser de color rojo oscuro, mientras que otras pueden ser blancas.
El color es importante porque determina si el polvo absorberá la energía del Sol, como lo hacen los minerales de color oscuro, o lo reflejará, como lo hacen los minerales de color claro. Si más polvo absorbe la energía del Sol de lo que la refleja, calentará el planeta, y viceversa.
EMIT proporcionará una imagen detallada de la cantidad de polvo que proviene de minerales oscuros frente a los claros. Esa información permitirá a los científicos determinar si el polvo calienta o enfría el planeta en general, así como a nivel regional y local.
Las partículas de polvo mineral varían en color porque están hechas de diferentes sustancias. El polvo mineral de color rojo oscuro obtiene su color del hierro, por ejemplo. La composición de las partículas de polvo afecta la forma en que interactúan con muchos de los procesos naturales de la Tierra.
Por ejemplo, el polvo mineral interviene en la formación de nubes y la química atmosférica. Cuando el polvo mineral se deposita en el océano o los bosques, puede proporcionar nutrientes para el crecimiento, actuando como un fertilizante. Cuando cae sobre nieve o hielo, el polvo acelera el derretimiento, lo que lleva a una mayor escorrentía de agua. Y para los humanos, el polvo mineral puede ser un peligro para la salud cuando se inhala.
EMIT recopilará información sobre 10 variedades de polvo importantes, incluidas las que contienen óxidos de hierro, arcillas y carbonatos. Con estos datos, los científicos podrán evaluar con precisión qué efectos tiene el polvo mineral en diferentes ecosistemas y procesos.
En ausencia de datos más específicos, los científicos actualmente caracterizan el polvo mineral en los modelos climáticos como amarillo, que es un promedio general entre oscuro y claro. Debido a esto, los efectos que el polvo mineral puede tener en el clima —y que el clima puede tener en el polvo mineral— no están bien representados en los modelos informáticos.
La información del color y la composición recopilada por EMIT cambiará eso. Cuando se incorporen los datos del instrumento, se espera que mejore la precisión de los modelos climáticos.
A medida que aumentan las temperaturas globales, las regiones áridas pueden volverse aún más secas, lo que posiblemente resulte en desiertos más grandes (y más polvorientos). Hasta qué punto esto podría suceder depende de varios factores, incluyendo cuánto aumentan las temperaturas, cómo cambia el uso de la tierra y cómo cambian las tendencias de las precipitaciones.
Al incorporar los datos de EMIT sobre la composición de las fuentes de polvo a nivel mundial en modelos y predicciones, los científicos obtendrán una mejor comprensión de cómo la cantidad y la composición del polvo en las regiones áridas pueden cambiar en diferentes escenarios climáticos y de uso de la tierra. También obtendrán una mejor comprensión de cómo estos cambios pueden afectar el clima en el futuro.
Más acerca de la misión
EMIT está siendo desarrollada en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, que es administrado para la agencia por Caltech en Pasadena, California. Fue lanzada desde el Centro Espacial Kennedy en Florida a la Estación Espacial Internacional a bordo de la 25.ª misión de servicios de reabastecimiento comercial de SpaceX para la NASA. Sus datos serán entregados al Centro de Archivo Activo Distribuido de Procesos Terrestres (DAAC, por sus siglas en inglés) de la NASA para que su uso esté disponible para otros investigadores y para el público.
Para conocer más sobre la misión, visita el sitio web en inglés:
Escrito por Esprit Smith, Equipo de Noticias de Ciencias de la Tierra de la NASA
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