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El final de un largo viaje podría ser el momento de relajarse y descansar un poco, especialmente si se trata de una odisea de siete años y 6.400 millones de kilómetros (4.000 millones de millas) para traer a la Tierra una muestra del asteroide Bennu. Pero la nave espacial Orígenes, Interpretación Espectral, Identificación de Recursos y Seguridad - Explorador de Regolito (OSIRIS-REx, por sus siglas en inglés) —la misión de la NASA que logró esta hazaña en septiembre— ya está en camino (con un nuevo nombre) para explorar un nuevo destino.
Cuando OSIRIS-REx salió de Bennu en mayo de 2021 con una muestra a bordo, sus instrumentos estaban en excelentes condiciones y todavía le quedaba una cuarta parte de su combustible. Entonces, en lugar de apagar la nave espacial después de entregar la muestra, el equipo propuso enviarla en una misión adicional al asteroide Apofis, con llegada prevista para abril de 2029. La NASA estuvo de acuerdo, y así nació la misión Orígenes, Interpretación Espectral, Identificación de Recursos y Seguridad - Explorador de Apofis (OSIRIS-APEX, por sus siglas en inglés).
Después de considerar varios destinos (incluyendo a Venus y diversos cometas), la NASA decidió enviar la nave espacial a Apofis, un asteroide “tipo S” compuesto de materiales de silicato y níquel-hierro, bastante diferente del asteroide Bennu, de “tipo C” y rico en carbono.
La intriga con Apofis es su aproximación excepcionalmente cercana a nuestro planeta el 13 de abril de 2029. Aunque Apofis no chocará contra la Tierra durante este encuentro ni en un futuro previsible, su paso en 2029 colocará al asteroide a 32.000 kilómetros (20.000 millas) de nuestra superficie, más cerca que algunos satélites y lo suficientemente cerca como para que pueda ser visible a simple vista en el hemisferio oriental de la Tierra.
Los científicos estiman que asteroides del tamaño de Apofis, de unos 340 metros (1.100 pies) de ancho, solo llegan así de cerca a la Tierra una vez cada 7.500 años.
“OSIRIS-APEX estudiará Apofis inmediatamente después de este paso cercano, lo que nos permitirá observar cómo cambia su superficie al interactuar con la gravedad de la Tierra”, dijo Amy Simon, científica del proyecto de esta misión que tiene sede en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland.
El encuentro cercano de Apofis con la Tierra cambiará la órbita del asteroide y la duración de su día de 30,6 horas. Es posible que este encuentro también ocasione terremotos y deslizamientos de tierra en la superficie del asteroide que podrían agitar el material y dejar al descubierto lo que hay debajo.
“La aproximación cercana es un gran experimento natural”, dijo Dani Mendoza DellaGiustina, investigadora principal de OSIRIS-APEX en la Universidad de Arizona en Tucson. “Sabemos que las fuerzas de las mareas y la acumulación de material en pilas de escombros son procesos fundamentales que podrían desempeñar un papel en la formación de los planetas. Estos procesos podrían orientarnos sobre cómo pasamos de los escombros del sistema solar primitivo a tener planetas completamente formados”.
Apofis representa algo más que la simple oportunidad de profundizar nuestro conocimiento acerca de cómo se forman los sistemas solares y los planetas: sucede que la mayoría de los asteroides potencialmente peligrosos que conocemos (aquellos cuyas órbitas se encuentran a 7,4 millones de kilómetros, o 4,6 millones de millas, de la Tierra) también son de tipo S. Lo que el equipo aprenda acerca de Apofis puede servir de base para la investigación sobre la defensa planetaria, que es una de las principales prioridades de la NASA.
Para el 2 de abril de 2029, unas dos semanas antes del encuentro cercano de Apofis con la Tierra, las cámaras de OSIRIS-APEX comenzarán a grabar las imágenes del asteroide a medida que es alcanzado por la nave espacial. Apofis también será observado de cerca por telescopios terrestres durante este período. Pero en las horas posteriores al encuentro cercano, Apofis aparecerá en el cielo demasiado cerca del Sol para poder ser observado por los telescopios ópticos terrestres. Esto significa que cualquier cambio desencadenado por el encuentro cercano será detectado mejor por la nave espacial.
OSIRIS-APEX llegará al asteroide a finales de abril de 2029 y operará en sus proximidades durante unos 18 meses. Además de estudiar los cambios en Apofis causados por su encuentro con la Tierra, la nave espacial llevará a cabo muchas de las mismas investigaciones que OSIRIS-REx realizó en Bennu, incluyendo el uso de su conjunto de instrumentos generadores de imágenes, espectrómetros y un altímetro láser para cartografiar de cerca la superficie y analizar su composición química.
Como ejecución adicional, OSIRIS-APEX repetirá uno de los actos más impresionantes de OSIRIS-REx (excepto la recolección de muestras): bajará a menos de cinco metros (16 pies) de la superficie del asteroide y encenderá sus propulsores apuntando con ellos hacia abajo. Esta maniobra agitará las rocas y el polvo de la superficie para permitir a los científicos dar un vistazo al material que se encuentra debajo.
Aunque faltan más de cinco años para el encuentro con Apofis, el 2 de enero la nave llevó a cabo el primero de seis pases cercanos al Sol. Esas aproximaciones cercanas, junto con tres asistencias gravitatorias de la Tierra, pondrán a OSIRIS-APEX en camino de llegar a Apofis en abril de 2029.
Queda por ver qué descubrirá OSIRIS-APEX acerca de Apofis, pero si la materialización de la misión anterior sirve de indicación, nos espera una ciencia sorprendente. “Aprendimos mucho en Bennu, pero ahora tenemos aún más preguntas para nuestro próximo objetivo”, dijo Simon.
El Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA proporciona la gestión general de la misión, la ingeniería de sistemas y la garantía y seguridad de la misión OSIRIS-APEX. Dani Mendoza DellaGiustina de la Universidad de Arizona, Tucson, es la investigadora principal. La universidad dirige el equipo científico, la planificación de las observaciones científicas y el procesamiento de datos de la misión. Lockheed Martin Space en Littleton, Colorado, construyó la nave espacial y proporciona las operaciones de vuelo. El centro Goddard y KinetX Aerospace son responsables de la navegación de la nave espacial OSIRIS-APEX. Las asociaciones internacionales en esta misión incluyen el instrumento de altímetro láser de la nave espacial proporcionado por la CSA (Agencia Espacial Canadiense) y la colaboración científica con la misión Hayabusa2 de la JAXA (Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial). OSIRIS-APEX (anteriormente llamada OSIRIS-REx) es la tercera misión del Programa Nuevas Fronteras de la NASA, el cual es administrado por el Centro de Vuelo Espacial Marshall de la NASA en Huntsville, Alabama, para la Dirección de Misiones Científicas de la agencia en Washington.
Por Lonnie Shekhtman y Rob Garner
Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, Greenbelt, Maryland
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