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En el pasado, cuando las naciones navegaban, exploraban nuevas regiones del mundo y una de sus mayores preocupaciones respecto de la seguridad al viajar era qué hacer con las condiciones meteorológicas. Podían aprovechar el viento para impulsarse. Podían confiar en el Sol y las estrellas para navegar. Podían construir buques robustos. Pero si surgía una tormenta repentinamente, estaban a merced de la naturaleza.
Más de cinco siglos después, nuestra nación una vez más se encuentra en la cúspide de la exploración de nuevos mundos. Y, una vez más, una de nuestras preocupaciones respecto de viajar largas distancias son las condiciones meteorológicas, o clima espacial.
Si bien el espacio es un vacío, no está 100% vacío. Las partículas, la energía y los campos magnéticos viajan a través de ese vacío. Una gran parte de ellos emana de la corona del Sol, como parte de un flujo constante hacia el exterior conocido como viento solar, el cual se extiende bastante más allá de la órbita de Neptuno. En esa mezcla, también hay partículas de alta energía o rayos cósmicos que viajan grandes distancias desde las estrellas que van muriendo o desde las supernovas. El campo magnético de la Tierra y la atmósfera relativamente gruesa actúan como un escudo contra las formas más dañinas de esta radiación. Pero, en el espacio, no existe tal freno.
Si deseamos viajar por este espacio, necesitamos conocer maneras de proteger a nuestros astronautas. Estas partículas pueden afectar nuestra tecnología, entorpeciendo los dispositivos electrónicos ubicados a bordo.
La Dra. Yari Collado-Vega, científica del departamento de Clima Espacial en el Centro Goddard para Vuelos Espaciales (Goddard Space Flight Center, en idioma inglés), de la NASA, señala: “Estamos trabajando mucho para predecir cuándo estas partículas alcanzarán su punto máximo, como por ejemplo durante las llamaradas solares o las eyecciones de masa coronal”.
La exposición prolongada a estas partículas solares energéticas es una verdadera preocupación en relación con los astronautas y los instrumentos. En consecuencia, es importante conocer mejor cuándo se puede esperar que haya actividad solar para enviar a nuestros astronautas y a las naves espaciales a navegar por el espacio de manera segura. Irónicamente, la actividad de las condiciones meteorológicas del espacio puede brindar protección contra otra amenaza para los astronautas: La actividad del Sol puede bloquear los peligrosos rayos cósmicos que provienen de otras estrellas y que están constantemente presentes, lo que ilustra la complejidad del sistema que la NASA intenta entender y mitigar para nuestros viajeros espaciales.
Con el tiempo, los capitanes de los barcos aprendieron cuándo salir a navegar y cuándo quedarse en el puerto tomando como base su conocimiento de las condiciones meteorológicas. Es más riesgoso estar en las aguas del Caribe durante la temporada de huracanes y, quizás, desee considerar evitar la costa noreste de Estados Unidos en pleno invierno.
La Dra. Collado-Vega dice: “Es muy similar a lo que estamos haciendo hoy en día. Estamos constantemente desarrollando y poniendo a prueba nuevos modelos para predecir las condiciones meteorológicas del espacio. Y, constantemente, estamos buscando nuevos datos para refinar esos modelos”.
Un grupo de misiones heliofísicas observan el espacio desde una variedad de puntos de observación, de manera parecida a lo que hacen los sensores meteorológicos en la Tierra, que trabajan en conjunto para brindar una imagen más grande de nuestro medio ambiente espacial. En agosto de 2018, la NASA lanzó la sonda solar Parker para ayudarnos a entender mejor la actividad del Sol, especialmente lo que impulsa el viento solar y cómo se aceleran las partículas energéticas. Estos datos se podrían utilizar para mejorar los modelos de predicciones de las condiciones meteorológicas en el espacio, lo que, en última instancia, nos ayudará a encontrar nuevas y mejores maneras de proteger nuestras naves espaciales y a nuestros astronautas.
Lo sabemos, ya sea en los océanos a través de los cuales viajaban los barcos antiguos o en el espacio que algún día recorreremos, vigilar de cerca el medio ambiente que nos rodea es clave para garantizar un recorrido seguro.
Para obtener más información sobre el espacio, visite: ciencia.nasa.gov.
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