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No hay límites imaginarios para la Dra. Ariadna Farrés-Basiana

Cuando era más joven, la Dra. Ariadna Farrés-Basiana miraba al cielo y se maravillaba ante la inmensidad del espacio. Ahora, los horizontes son ilimitados, ya que ayuda a la NASA a explorar el universo expansivo calculando las trayectorias y maniobras necesarias para llevar misiones al espacio.

¿Qué haces en Goddard? ¿En qué te enfocas?

Soy parte del equipo de dinámica de vuelo. Nosotros somos los encargados de calcular las trayectorias, las maniobras y demás para llevar una nave espacial al espacio y que llegue a su destino final. Actualmente estoy trabajando en dos proyectos principales; la misión Seguimiento de la meteorología espacial-Lagrange 1 (SWFO-L1, por sus siglas en inglés), que es una misión de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica que monitoreará la meteorología espacial, y el telescopio espacial Roman de la NASA. Participo en ambas misiones como parte del equipo de dinámica de vuelo. Me encargo de calcular la trayectoria de transferencia, lo que sería el camino por el espacio que estos telescopios deben seguir para ir desde la Tierra hasta el entorno de los puntos de Lagrange L1 y L2.  Estos son lugares en el espacio donde las fuerzas gravitacionales se equilibran entre sí y una nave espacial no necesita gastar tanto combustible para mantener su órbita. Además de eso, trabajo en las estrategias de mantenimiento, que son las maniobras rutinarias que debemos hacer para que nuestro telescopio se mantenga en órbita.

¿Cuál fue tu trayectoria a la NASA?

Mi doctorado se centró en velas solares, que es una forma de navegar por el espacio utilizando la fuerza de la luz que emite el Sol como si fuera un viento que impulsa las velas de la nave espacial. Siempre pensé que mi contribución a la NASA sería como investigadora, como profesora en una universidad. Siempre había soñado con entrar en la NASA, pero nunca pensé que fuera posible. Por aquel entonces, estaba tratando de encontrar un puesto como profesora titular en la Universidad de Barcelona. Mientras esperaba, un profesor mío que había colaborado con gente de la NASA allá por los años 90 llamó a sus antiguos colegas y les dijo que tenía un estudiante de doctorado que estaba buscando una pasantía de verano; luego les preguntó si podía hacer una pasantía con ellos durante unos meses. Y ellos dijeron que sí. Vine a Goddard un verano como pasante y fue increíble. Al final no conseguí el puesto como profesora titular en España y, cuando le dije a la gente de aquí que no tenía trabajo, me preguntaron si quería venir y terminar el proyecto de investigación que había comenzado aquí, así que seguí extendiendo mi pasantía. En mayo de 2017 me incorporé por segunda vez a Goddard, esta vez como empleada a tiempo completo. Lo que hubieran sido sólo siete meses de pasantía terminaron siendo los siete años que llevo aquí.

¿Qué te hizo interesarte en las matemáticas y especializarte en ellas?

Cuando llegó el momento de elegir en qué quería especializarme, estaba dudando entre dos especializaciones: ingeniería aeroespacial, porque siempre he tenido el espacio en mente, o matemáticas porque realmente las disfrutaba. Elegí matemáticas, principalmente porque podía quedarme en mi país. Hace como 20, 25 años, la investigación aeroespacial no era la gran cosa en España; especializarme en ingeniería espacial hubiera significado mudarme de mi ciudad natal e irme a Madrid, que es donde estaba la única universidad en la que sabía que podía hacer eso. Así que terminé decantándome por de las matemáticas y decidí que sería genial aprender más.

Mencionaste que estabas interesada en el espacio desde pequeña. ¿Qué te fascinó del cielo?

Recuerdo mirar así el cielo, la Luna y preguntarme qué hay ahí fuera. A mi papá también le gustaban las ciencias y me explicaba cosas sobre el espacio. Él tenía un amigo que tenía un telescopio y a veces íbamos a observar, era tan fascinante. Me interesaba la inmensidad del cielo y el hecho de que no sabemos mucho sobre el espacio.

¿Cómo te sientes trabajando en dos telescopios diferentes, habiendo sido inspirada por telescopios cuando eras más joven?

Es muy gratificante saber que mi trabajo ayudará a que estos telescopios vayan al espacio y operen desde ahí. Encontrar soluciones para esto me hace sentir muy orgullosa de lo que hago. Siento como si todo el conocimiento que tengo se estuviera aplicando a algo físico, práctico, que estará en el espacio y que ayudará a otros científicos a hacer grandes descubrimientos.

¿Qué historia o tradición de tu ciudad natal te hace sonreír cuando piensas en ella?

El día más bonito es la fiesta de Sant Jordi, es un día precioso. Es el día del libro y la rosa. No es festivo, pero todo el mundo busca una excusa, un momento del día para salir a comprar un libro y una rosa para sus seres queridos. El ambiente que se respira durante esos días es precioso. Además, mi hermano se llama Jordi, entonces es un día especial porque lo celebramos todos juntos.

En esta imagen, la Dra. Ariadna Farrés-Basiana está de pie sobre una formación rocosa al aire libre, con montañas brumosas de fondo. Lleva un gorro, con el cabello suelto sobre los hombros y las mangas remangadas.

¿Estás involucrada en otras actividades fuera de tu trabajo en la NASA?

Formo parte del proyecto Hypatia. Se trata de incentivar vocaciones científicas entre las chicas que están potencialmente interesadas en las carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM). Hacemos misiones análogas en el desierto de Utah, simulaciones como si estuviéramos en Marte. Quién no ha soñado alguna vez en ir al espacio, o simplemente se ha preguntado alguna vez cómo sería un viaje a Marte o la vida en Marte. Con las simulaciones ayudamos a acercar estos sueños a los estudiantes. Lo que más me está gustando de esta iniciativa es poder ir a las escuelas a explicar nuestras experiencias. Es importante mostrarles a variadas mujeres que hacen investigación. Esto ayuda a cambiar la idea que muchos tienen de que para ser científico has de ser un hombre con gafas y bata blanca. Hay pocas mujeres en el campo del espacio. Muchas veces tienes la sensación que hay que demostrar que vales más, demostrar que estás ahí porque te lo mereces. Es bonito estar involucrada en proyectos como Hypatia, porque he pasado mucho tiempo pensando sobre el tema de género en las disciplinas de CTIM. Es mi contribución para que las próximas generaciones no tengan tanto miedo para intentar seguir una carrera de CTIM. 

¿Dónde te ves en los próximos 5 años?

Me veo aún aquí en la NASA, trabajando en diferentes misiones, quizás tomando un rol con un poco más de liderazgo o más responsabilidad.

Por Alexa Figueroa

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Última Actualización
Aug 02, 2024
Editor
Equipo de redacción de Ciencia

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