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La NASA y los huracanes: Cinco datos rápidos

La temporada de huracanes en el Atlántico del 2021 comenzó el 1 de junio. Nuestros colegas en la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) predicen otra temporada activa, con una cantidad de tormentas con nombre por encima del promedio. En la NASA, estamos desarrollando nuevas tecnologías y misiones para estudiar la formación y el impacto de las tormentas, incluyendo maneras de entender la Tierra como un sistema.

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El nuevo Observatorio del Sistema Terrestre de la NASA guiará los esfuerzos relacionados con el cambio climático, la mitigación de desastres, el combate contra los incendios forestales y las mejoras de los procesos agrícolas en tiempo real. Esto también incluye una mejor comprensión de los huracanes de categorías 4 y 5, como el huracán María, visto aquí en una imagen térmica del 2017 capturada por el satélite Terra de la NASA. Crédito de imagen: NASA

1. La NASA puede ver las tormentas desde el espacio.

Desde el espacio, la NASA puede observar mucho más que de lo que está a simple vista. Entre las misiones de la NASA, la NASA y la NOAA tienen misiones satelitales conjuntas para monitorear tormentas en su color natural —lo que podemos ver con nuestros ojos— así como en otras longitudes de onda de luz, lo cual puede ayudar a identificar características que nuestros ojos no pueden ver sin ayuda. Por ejemplo, las imágenes obtenidas con rayos infrarrojos pueden mostrar las temperaturas de las nubes y también nos permiten rastrear los movimientos de las tormentas durante la noche.

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El huracán Laura se aproxima a los Estados Unidos el 26 de agosto de 2020. A la izquierda, se ve a Laura en luz infrarroja con el satélite NOAA-20, el cual fue construido y lanzado por la NASA y es operado por la NOAA. A la derecha, se ve a Laura en colores naturales con el satélite Terra de la NASA. Crédito de imagen: Observatorio de la Tierra de la NASA

2. Los satélites pueden ver en 3D dentro de los huracanes.

Si alguna vez te han hecho una tomografía axial computarizada o unos rayos X, sabes lo importante que pueden ser las imágenes tridimensionales para entender lo que sucede en el interior. El mismo concepto se aplica a los huracanes. Los instrumentos de radar y microondas de la misión de Medición de Precipitación Global de la NASA permiten ver a través de las nubes de las tormentas para observar la estructura de precipitaciones de la tormenta y medir la cantidad total de lluvia que cae a consecuencia de la tormenta. Esta información ayuda a los científicos a comprender cómo puede cambiar la tormenta con el tiempo y a entender el riesgo de inundaciones graves.

3. Estamos investigando cómo el cambio climático afecta el comportamiento de los huracanes.

Es probable que el cambio climático esté haciendo que las tormentas se comporten de manera diferente. Un cambio es el modo como se intensifican las tormentas: Más tormentas están aumentando de fuerza con rapidez —un proceso llamado intensificación rápida—, donde la velocidad de los vientos aumenta 56 kilómetros por hora (35 millas por hora) o más en apenas 24 horas.

En el 2020, nueve tormentas —un número que empató el récord— se intensificaron rápidamente. Estos cambios rápidos en la fuerza de las tormentas pueden hacer que las comunidades a su paso no tengan tiempo de prepararse adecuadamente.

Los investigadores del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) de la NASA desarrollaron un modelo mecánico de aprendizaje que podría detectar con mayor precisión las tormentas de intensificación rápida.

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El 25 de agosto de 2020, el satélite Terra de la NASA ofreció una imagen visible del poderoso huracán Laura, de categoría 4, en el Golfo de México.Crédito de imagen: NASA Worldview

No es solamente lo rápido que los huracanes ganan fuerza. Los científicos de la NASA también están explorando la manera como el cambio climático puede estar ocasionando que las tormentas se desplacen más lentamente, lo que las hace más destructivas. Estas tormentas “detenidas” pueden alcanzar una lentitud de apenas unas cuantas millas por hora, descargando lluvia y vientos destructivos en una zona a la vez. El huracán Dorian, por ejemplo, se detuvo sobre Gran Bahama y dejó daños catastróficos tras de sí. Los huracanes Harvey y Florence también se movieron con lentitud y ambos causaron grandes inundaciones.

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El huracán Dorian fue fotografiado el 2 de septiembre de 2019 por astronautas en la Estación Espacial Internacional.Créditos de imagen: Instalación de Observación de la Tierra de la Tripulación de la EEI y la Unidad de Ciencias de la Tierra y Detección Remota, Centro Espacial Johnson

4. Podemos monitorear el daño causado por los huracanes.

El huracán María reconfiguró los bosques de Puerto Rico. La tormenta destruyó tantos árboles de gran tamaño que la altura total de los bosques de la isla se redujo en un tercio. Las mediciones desde el suelo, el aire y el espacio permitieron a los investigadores conocer qué árboles eran más susceptibles a los daños de los vientos.

Meses después del huracán María, partes de Puerto Rico seguían sin servicio eléctrico. Con el uso de datos satelitales, los investigadores de la NASA crearon un mapa de los vecindarios que seguían a oscuras y analizaron los datos demográficos y los atributos físicos de las áreas con los mayores períodos de espera por servicio eléctrico.

Black Marble de la NASA hace un mapa del uso de energía eléctrica en Puerto Rico después del huracán María.
Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA

5. Ayudamos a las comunidades a prepararse para las tormentas y a responder a sus secuelas.

Los datos que reúne la NASA están disponibles al público de forma gratuita. La NASA también se asocia con otras agencias federales, como la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), y con los gobiernos regionales y locales para colaborar en la preparación y la comprensión del impacto de desastres como los huracanes.

En 2020, el Programa de Desastres de la NASA proporcionó datos a grupos en Alabama, Luisiana y Centroamérica para identificar las regiones afectadas considerablemente por los huracanes. Esto ayuda a identificar las comunidades vulnerables y a tomar decisiones informadas acerca de dónde enviar los recursos.

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El Conjunto de Radiómetros de Imágenes en Infrarrojo Visible (VIIRS, por sus siglas en inglés) a bordo del satélite Suomi NPP de la NASA/NOAA capturó los datos para un mosaico de Katia, Irma y José tal como aparecían a primeras horas del 8 de septiembre de 2017. Crédito de imagen: Observatorio de la Tierra de la NASA

Trabajando de manera conjunta con sus socios de NOAA, FEMA y de otras partes, la NASA está lista para ayudar a las comunidades a enfrentar otro año de tormentas.

Por Katy Mersmann, Equipo de Noticias de Ciencias de la Tierra de la NASA