4 min de lectura
Los fuertes vientos que soplan a través del Lago Colhué Huapi han expuesto artefactos antiguos en medio del polvo de la superficie.
Los fuertes vientos que soplan a través del Lago Colhué Huapi han expuesto artefactos antiguos en medio del polvo de la superficie.
Los fuertes vientos del noroeste suelen correr por el lado oriental de las montañas de los Andes y azotan el desierto central de la Patagonia. En este proceso, a veces levantan polvo del lago casi seco Colhué Huapi de Argentina, lo que alimenta intensas tormentas de polvo.
El 29 de marzo de 2024, el espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada (MODIS, por sus siglas en inglés) a bordo del satélite Aqua de la NASA adquirió esta imagen de color natural del polvo que fluye desde el lecho limoso del lago, al este de lago Musters. El lago Colhué Huapi es una fuente de polvo particularmente rica porque el lago poco profundo crece y se encoge regularmente con las variaciones en el flujo del río Senguer y el ritmo de la evaporación. Cuando los niveles de agua del lago son bajos, como cuando MODIS captó esta imagen, el viento transporta fácilmente partículas ligeras y de grano fino.
Para comprender mejor la actividad del polvo del lago Colhué Huapi, los científicos de la NASA han analizado datos meteorológicos satelitales y de la superficie durante cinco décadas, evaluando la variabilidad anual de las tormentas de polvo e identificando los períodos de gran actividad. Las tormentas de polvo alcanzan su punto máximo durante el verano (de diciembre a marzo), aunque estos eventos también son comunes en invierno (de mayo a agosto). En la mayoría de los años, ocurren de 15 a 30 tormentas de polvo de moderadas a grandes.
Las tormentas de polvo son tan frecuentes y persistentes en esta zona que han expuesto un sitio arqueológico al aire libre a lo largo de la ribera del lago. El sitio Puesto Roberts 1, ubicado en una antigua llanura de inundación en el lado sureste del lago Colhué Huapi, fue identificado por primera vez en 2019, cuando los arqueólogos observaron que los vientos habían expuesto una capa de cinco centímetros de suelo franco arenoso llena de herramientas de piedra y los huesos de una especie de llama silvestre llamada guanaco.
Los arqueólogos identificaron 427 artefactos en este sitio —incluyendo cuchillas de corte hechas de piedra, herramientas de fresado, raspadores y boleadoras (bolas de piedra en forma de huevo utilizadas para la caza)— repartidos en un área de 15 metros cuadrados, según un estudio científico de 2022 dirigido por Heidi Hammond, arqueóloga de la Universidad Nacional de la Patagonia en San Juan Bosco. Se cree que los artefactos, los cuales tienen una antigüedad aproximada de entre 1.500 y 1.000 años, son los restos de un campamento temporal donde la gente limpiaba y comía guanacos. La mayoría de las piedras estaban hechas de sílex, una roca sedimentaria de grano fino disponible en la localidad, pero los investigadores también encontraron muestras de cuarcita, andesita, basalto, xilópalo, riolita, obsidiana negra, toba, toba silicificada y artefactos de gneis.
Al evaluar la distribución del tamaño de los artefactos, los artefactos más pequeños eran notablemente escasos. “Debido a la fuerte acción erosiva del viento”, señalaron los autores, “este tipo de piezas probablemente se movilizaron y, por lo tanto, su representatividad en el ensamblaje es baja”.
Imagen del Observatorio de la Tierra de la NASA por Wanmei Liang, utilizando datos de MODIS provenientes de los sistemas LANCE/EOSDIS y GIBS/Worldview de la NASA. Reportaje por Adam Voiland.
Read this story in English here.