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Alrededor de un millón y medio de indígenas habitan en los bosques de la Amazonia en América del Sur. Aunque en las últimas décadas la deforestación y los incendios han devorado estos icónicos bosques, las comunidades indígenas están ayudando a proteger algunas de sus partes más intactas.
De pie, los bosques sanos absorben dióxido de carbono y lo almacenan en sus troncos, ramas y raíces. Pero si los árboles se descomponen después de ser talados o se queman durante un incendio, envían ese carbono de regreso a la atmósfera. Aunque el Amazonas sigue siendo un sumidero neto de carbono —capturando 100 millones de toneladas métricas más de dióxido de carbono del que emite al año—, está a punto de convertirse en una fuente neta de carbono. En los últimos 50 años, se estima que se ha perdido el 17 por ciento de los bosques de la Amazonia.
El mapa anterior muestra los territorios gestionados por los pueblos indígenas en la cuenca del río Amazonas, la cual incluye partes de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana Francesa, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela. Alrededor de 385 grupos indígenas residen en unos 2.400 millones de kilómetros cuadrados (unas 930.000 millas cuadradas) de la Amazonia. Un creciente conjunto de investigaciones indica que estos grupos son defensores contra la deforestación, ofreciendo protección en algunas de las zonas más ricas en carbono de la Amazonia.
“Las comunidades indígenas son héroes anónimos de la conservación, y muchas de ellas monitorean activamente sus bosques”, dijo Peter Veit, investigador sénior del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés).
Veit dirigió una investigación publicada en enero de 2023, la cual halló que los bosques gestionados por los pueblos indígenas y otras comunidades entre 2001 y 2021 eran sumideros de carbono, mientras que los bosques no gestionados por los pueblos indígenas y otras comunidades eran, en promedio, fuentes netas de carbono.
La investigación se basó en trabajos anteriores dirigidos por el WRI que utilizaron datos de los satélites Landsat y la misión del Satélite para la medición del hielo, las nubes y la elevación del suelo (ICESat, por sus siglas en inglés) de la NASA con el fin de cartografiar el carbono absorbido o emitido por los bosques alrededor del mundo. Este trabajo encontró que, a nivel mundial, los bosques absorbieron casi el doble de carbono del que emitieron entre 2001 y 2019, pero algunos bosques son sumideros de carbono mucho más importantes que otros. Por ejemplo, los bosques de la cuenca del río Congo en África Central capturaron 610 millones de toneladas más de dióxido de carbono por año del que emitieron, lo cual es una cantidad seis veces mayor que el sumidero neto de carbono de los bosques en la cuenca del río Amazonas.
En Brasil, los bosques que se encuentran fuera de la protección de las comunidades están desapareciendo debido a la agricultura comercial y la ganadería, las industrias extractivas, la infraestructura y otros desarrollos. El mapa anterior muestra datos de la biomasa obtenidos por la misión Investigación de la Dinámica de los Ecosistemas Globales (GEDI, por sus siglas en inglés) de la NASA en el estado brasileño de Rondônia, una de las regiones más deforestadas de la Amazonia. En la región occidental de ese estado, el territorio de la comunidad indígena Uru-Eu-Wau-Wau se destaca como un área donde se ha mantenido la densidad de la biomasa.
Una mayor deforestación amenaza con convertir al Amazonas de un sumidero neto a una fuente de carbono. El WRI está trabajando con las comunidades indígenas para ayudarlas a utilizar los datos satelitales de Landsat de la iniciativa Global Forest Watch con el fin de monitorear los bosques y alertarlos de la deforestación. Un análisis de 2021 halló que después de que 36 comunidades indígenas de la Amazonia peruana utilizaran estas alertas satelitales, las tasas de deforestación disminuyeron en un 52 por ciento en un año.
Imágenes del Observatorio de la Tierra de la NASA por Lauren Dauphin, utilizando datos de la misión GEDI de la NASA de Dubayah, R.O. y otros (2022), datos de Territorios Indígenas y Áreas Naturales Protegidas de la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG) y datos de las cuencas fluviales del Proyecto HydroSHEDS del Fondo Mundial para la Naturaleza. Reportaje por Emily Cassidy.
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