7 min de lectura
Cuando las mercancías de todas las formas y tamaños viajan desde las fábricas hasta las puertas de los hogares, lo más probable es que pasen por un almacén o varios. Estas estructuras en expansión son puntos de paso de las redes logísticas que hacen posible el comercio electrónico.
Sin embargo, su conveniencia implica contrapartidas, como se ilustra en un estudio reciente financiado por la NASA. La investigación, publicada en la revista científica GeoHealth, analiza los patrones de contaminación por partículas en el sur de California. Esta investigación encontró que las zonas de los códigos postales con más depósitos, o con almacenes más grandes, tenían niveles más altos de contaminantes a lo largo del tiempo que aquellos con menos depósitos o con almacenes más pequeños. Los investigadores se centraron en la contaminación por partículas, y eligieron el sur de California porque este es un importante centro de distribución de mercancías: sus puertos manejan el 40% de los contenedores de carga que ingresan a Estados Unidos.
Los edificios en sí mismos no son la fuente principal de la contaminación. Más bien, son los camiones con motores diésel que recogen y reparten las mercancías, y que emiten gases que contienen partículas tóxicas llamadas PM2.5. Con un diámetro de 2,5 micrómetros o menos, estos contaminantes pueden ser inhalados, entrar en los pulmones y ser absorbidos por el torrente sanguíneo. Aunque las concentraciones atmosféricas suelen ser tan pequeñas que se miden en millonésimas de gramo por metro cúbico, los autores del estudio advierten que no existe un nivel seguro de exposición a las partículas PM2.5.
“Cualquier aumento en su concentración produce algún tipo de daño a la salud”, dijo Yang Liu, coautor e investigador de salud ambiental de la Universidad de Emory, en Atlanta. “Pero si se puede frenar la contaminación, habrá un beneficio medible para la salud”.
Más investigaciones sobre la calidad del aire
Se ha relacionado la contaminación por partículas con enfermedades respiratorias y cardiovasculares, con algunos tipos de cáncer y con consecuencias adversas relacionadas con la natalidad, como partos prematuros y bajo peso de los recién nacidos.
Este nuevo estudio es parte de un esfuerzo más amplio financiado por el Equipo de Ciencias Aplicadas de la Salud y la Calidad del Aire de la NASA, cuyo objetivo es el de utilizar los datos satelitales para comprender cómo la contaminación del aire afecta de manera desproporcionada a las comunidades desatendidas.
A medida que el auge del comercio electrónico de las últimas décadas ha estimulado la construcción de depósitos de mercancías, la contaminación en los vecindarios cercanos se ha convertido en un creciente campo de investigación. Con frecuencia, las nuevas estructuras han proliferado en terrenos relativamente baratos, que tienden a albergar a poblaciones de bajos ingresos o pertenecientes a minorías, las cuales son las más afectadas por la mala calidad del aire, dijo Liu.
Otro estudio reciente financiado por la NASA analizó las mediciones de origen satelital del dióxido de nitrógeno (NO2) que se encuentra alrededor de 150.000 depósitos de Estados Unidos. Ese estudio encontró que las concentraciones de este gas, el cual es un derivado del diésel y un irritante respiratorio, eran cerca de un 20% más altas cerca de los almacenes.
Centros de distribución
Para el estudio en GeoHealth, los científicos se basaron en conjuntos de datos de PM2.5 generados previamente, de 2000 a 2018, y de carbono elemental, un tipo de PM2.5 que se encuentra en las emisiones de diésel, obtenidos entre 2000 y 2019. Los datos provienen de modelos basados en observaciones satelitales, entre las que se cuentan algunas realizadas con el instrumento Espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada y con el instrumento Radiómetro espacial avanzado de emisión y reflexión térmica (MODIS y ASTER, por sus siglas en inglés, respectivamente) de la NASA.
Los investigadores también extrajeron una base de datos de bienes raíces para el área en pies cuadrados y la cantidad de muelles de carga y puestos de estacionamiento en casi 11.000 depósitos en diferentes partes de los condados de Los Ángeles, Riverside y San Bernardino, y en todo el condado de Orange.
Descubrieron que la capacidad de los almacenes se correlacionaba con la contaminación. Los códigos postales en el percentil 75 de pies cuadrados de depósito tenían 0,16 microgramos por metro cúbico más de PM2.5 y 0,021 microgramos por metro cúbico más de carbono elemental que los del percentil 25.
De manera similar, los códigos postales en el percentil 75 de cantidad de muelles de carga tenían 0,10 microgramos por metro cúbico más de PM2.5 y 0,014 microgramos por metro cúbico más de carbono elemental que los del percentil 25. Y los códigos postales en el percentil 75 de puestos de estacionamiento de camiones tenían 0,21 microgramos por metro cúbico más de PM2.5 y 0,021 microgramos por metro cúbico más de carbono elemental que los del percentil 25.
“Encontramos que los depósitos están asociados con el PM2.5 y el carbono elemental”, dijo Binyu Yang, autor principal del estudio y estudiante de doctorado en salud ambiental de Emory.
Aunque la contaminación por partículas disminuyó de 2000 a 2019 debido a estándares de emisiones más estrictos, las concentraciones en las zonas de códigos postales con depósitos se mantuvieron consistentemente más altas que en otras zonas.
Los investigadores también encontraron que las brechas se ampliaban en la temporada de compras navideñas, con una diferencia de hasta cuatro microgramos por metro cúbico: “Una diferencia considerable”, dijo Liu.
Los satélites ofrecen una visión general
Las observaciones satelitales fueron esenciales, dijeron los investigadores, porque proporcionaron un mapa continuo de la contaminación, incluyendo los focos que no están cubiertos por instrumentos terrestres.
Esta es la misma motivación que impulsa la misión del instrumento de Monitoreo de contaminación por emisiones troposféricas (TEMPO, por sus siglas en inglés) de la NASA, la cual fue lanzada en abril de 2023 y mide la contaminación del aire cada hora durante el día en América del Norte. Los primeros mapas de TEMPO mostraron concentraciones más altas de NO2 alrededor de las ciudades y las carreteras.
Mientras tanto, la NASA y la Agencia Espacial Italiana están colaborando para lanzar en 2026 el Generador de imágenes multiángulo para aerosoles (MAIA, por sus siglas en inglés). Esta será la primera misión satelital de la NASA cuyo objetivo principal es estudiar los efectos en la salud de la contaminación por partículas, distinguiendo entre los diferentes tipos de PM2.5.
“Esta misión ayudará a los gestores de la calidad del aire y a los legisladores a concebir estrategias más específicas contra la contaminación”, dijo Sina Hasheminassab, coautor del estudio e ingeniero de sistemas científicos en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés), quien, al igual que Liu, es miembro del equipo científico de la misión MAIA.
Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA
Read this story in English here.