Publicado: 
16 de agosto de 2018

Siga al Sol

El Sol. Inspira canciones, nos da calor y hace crecer los cultivos que usamos como alimento. La vida en la tierra y en los océanos, el estado del tiempo diario y los patrones del clima a largo plazo tienen lugar principalmente porque recibimos energía de nuestra estrella más cercana. Incluso las pequeñas variaciones en esa energía pueden afectar el funcionamiento de la atmósfera de nuestro planeta. La NASA utiliza instrumentos para “seguir al Sol” y monitorizar la cantidad de energía solar que llega hasta nosotros. El instrumento más nuevo que existe para hacerlo (el Sensor de Irradiación Solar Espectral y Total, Total and Spectral Solar Irradiance Sensor (TSIS–1), en inglés) realiza esas mediciones con una precisión sin precedentes.

El TSIS reúne información desde su lugar, a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI, por su sigla en idioma español). Volar sobre la plataforma que proporciona el laboratorio en órbita ha permitido al TSIS de la NASA continuar el seguimiento de la energía radiante del Sol y registrarlo para formar una base de datos. Se trata de uno de los registros de datos climáticos más extensos e importantes reunidos desde el espacio.

Durante las últimas décadas, la masa de hielo de la Tierra ha disminuido, han aumentado los niveles del mar, han cambiado los patrones de sequías y de lluvias y las temporadas de cultivo han fluctuado. Para comprender las causas (entre ellas, las influencias humanas) de estos cambios, y para refinar los modelos utilizados con el fin de simular el clima de la Tierra, los investigadores deben conocer cuál es la cantidad de energía solar que llega a nuestro planeta.

Peter Pilewskie, el científico principal de la misión TSIS, explica: “Cuando hay equilibrio entre la energía que llega del Sol y la radiación infrarroja que emite la Tierra, el clima se mantiene estable. Un desequilibrio significa que la energía se está almacenando en el sistema (causando así aumentos de temperatura) o que se está perdiendo (provocando entonces las disminuciones de temperatura)”.

La energía del Sol representa la mitad de la ecuación del equilibrio. Aunque el registro de mediciones muestra que la energía solar no ha tenido una influencia importante en el reciente cambio climático, debe ser continuamente monitoreada.

“Se puede decir que es la variable más importante que debemos conocer para entender el clima”, dice Pilewskie. “Tratar de entender el clima sin medir la contribución del Sol es como tratar de equilibrar una cuenta bancaria sin saber qué ingresos se tiene”.

“El clima se mide a lo largo de vastos períodos de tiempo; de décadas a siglos o más, a diferencia del estado del tiempo, que cambia en una escala de tiempo menor. Para poder conectar las mediciones durante largos períodos, la continuidad y la precisión son clave”.

El TSIS tiene dos sensores. El Monitor de Irradiación Total (Total Irradiance Monitor, en inglés), como su nombre indica, mide toda la energía radiante del Sol, y el Monitor de Irradiación Espectral (Spectral Irradiance Monitor, en inglés) mide de qué manera esa energía se distribuye a través de las longitudes de onda ultravioleta, visible e infrarroja. Esta última ayuda a los científicos a entender dónde se absorbe la energía solar en la atmósfera.

Por ejemplo, las mediciones de irradiación espectral que realiza el TSIS de la radiación ultravioleta del Sol son críticas para entender la capa de ozono. El ozono en la estratosfera absorbe la luz ultravioleta. Esto calienta la estratosfera y produce cambios en el flujo de viento atmosférico que se pueden propagar hacia la atmósfera baja e impactar en el clima.

“Hay muchos factores que tienen influencia sobre el clima de la Tierra”, señala Pilewskie. “Necesitamos continuar aprendiendo cómo interactúan entre todos ellos. El TSIS nos está ayudando a caracterizar el comportamiento del Sol y la manera en que la atmósfera de la Tierra responde al Sol”.

Para conocer más sobre la ciencia que se practica en la Estación Espacial Internacional, visite: www.nasa.gov/iss-science.

Para continuar siguiendo a nuestra estrella más cercana, visite: ciencia.nasa.gov.