Comienza la cacería de extremófilos
Microbios en reactores nucleares y bacterias que vuelven a la vida luego de 32.000 años de estar congeladas: ¿esto significaría que puede existir vida en otras partes del cosmos?
Febrero 7, 2008: Un grupo de científicos acaba de viajar para explorar un lago muy extraño ubicado en la Antártida; está repleto fundamentalmente de detergente de lavandería extrapotente. No, los investigadores no derramaron café sobre sus batas de laboratorio. Simplemente están cazando extremófilos: criaturas fuertes y pequeñas que proliferan en condiciones demasiado extremas para la mayoría del resto de los seres vivientes.
Arriba: Richard Hoover (izquierda) y su colega S.S. Abyzov examinando imágenes de microbios en hielo antiguo de la Antártida. Dichas imágenes fueron proporcionadas por un microscopio de electrones. [Imagen ampliada]
El lago Untersee es una especie de caso de prueba para otros lugares exóticos del sistema solar (como por ejemplo Marte, los cometas y las heladas lunas de Júpiter y de Saturno) donde se podría hallar vida bajo condiciones extremas. Muchos de esos lugares son fríos y ricos en metano, "no tan distintos del lago Untersee".
|
"A través de las investigaciones que hemos llevado a cabo este año, esperamos poder identificar algunos límites nuevos para la vida en términos de temperatura y de niveles de pH. Esto nos ayudará a decidir los lugares en los cuales debemos buscar vida en otros planetas y cómo reconocer otras formas de vida si es que realmente las hallamos".
Hoover ya ha hecho algunos amigos en lugares fríos. Sus equipos de investigadores han encontrado nuevas especies y géneros de extremófilos microbianos anaerobios en el hielo y en la capa de hielo que se encuentra permanentemente congelada en el subsuelo (permafrost, en idioma inglés) de Alaska, de Siberia, de la Patagonia y de la Antártida.
"Recuerdo que una vez encontré un extremófilo en excremento de pingüino", comenta Hoover. "Cuando me detuve a recogerlo, Jim Lovell, quien era mi compañero de investigación en aquel entonces, me dijo: '¿Qué diablos estás haciendo ahora, Richard?'. Pero valió la pena".
Derecha: Spirochaeta americana, microbios amantes de las condiciones extremas del lago Mono, en California. Fueron hallados por Hoover y sus colaboradores durante una anterior expedición destinada a cazar extremófilos: historia completa.
La expedición actual, integrada por Hoover, Valery Galchenko, del Instituto de Microbiología Winogradsky, y Dale Andersen, del Instituto SETI, además de dos expertos en logística polar, es una especie de paseo preliminar que proporcionará las bases para el programa completo de operaciones que se llevará a cabo en diciembre. El grupo pondrá a prueba equipos de investigación clave y realizará pruebas científicas en lagos del oasis Schirmacher a modo de preparación para la expedición que efectuará más adelante a los mismos lagos y luego al lago Untersee. La expedición principal, que seguirá y desarrollará esta investigación, estará integrada por un grupo internacional de entre 12 y 14 científicos estadounidenses, rusos y austríacos, y dos educadores.
¿Revelarán estas expediciones criaturas microbianas nunca antes vistas, capaces de sobrevivir a las condiciones más extremas? ¿Y esto significaría que existe vida en otras partes del cosmos?
"Se pueden hallar muchas cosas tan sólo mirando", reflexiona Hoover. "La naturaleza nunca deja de sorprendernos".
Nota de la editora: Se denomina "Zona Ricitos de Oro" a la región que reúne las condiciones ideales para que exista vida. Dicho nombre alude al cuento "Ricitos de Oro" donde la niña prueba diferentes elementos hasta que halla el que resulta adecuado para ella.