Publicado: 
25 de marzo de 2018

La magnetosfera de la Tierra

Envolviendo a nuestro planeta y protegiéndonos de la furia del Sol, hay una burbuja de magnetismo gigante llamada magnetosfera. Esta burbuja desvía la mayor parte del material solar que se precipita hacia nosotros desde nuestra estrella, a aproximadamente 1.609.000 kilómetros (1 millón de millas) por hora o más. Sin la magnetosfera, la incesante acción de estas partículas solares podría despojar a la Tierra de sus capas protectoras, que nos resguardan de la radiación ultravioleta del Sol. Es claro que esta burbuja magnética fue clave para ayudar a la Tierra a desarrollarse y llegar a ser un planeta habitable.

Comparemos a la Tierra con Marte, un planeta que perdió su magnetosfera hace alrededor de 4,2 mil millones de años. Se cree que el viento solar destruyó la mayor parte de la atmósfera de Marte, posiblemente después de que se disipara el campo magnético del Planeta Rojo. Esto hizo de Marte un mundo inhóspito y árido, tal como lo vemos en la actualidad a través de los ‘ojos’ de los orbitadores y vehículos exploradores de la NASA. En contraste, la magnetosfera de la Tierra parece haber protegido nuestra atmósfera.

Eftyhia Zesta, del Laboratorio de Física Geoespacial (Geospace Physics Laboratory, en idioma inglés), del Centro Goddard para Vuelos Espaciales (Goddard Space Flight Center, en idioma inglés), de la NASA, comenta: “Si no hubiera campo magnético, podríamos tener una atmósfera muy diferente, y no habría vida tal como la conocemos”.

Comprender a nuestra magnetosfera es un elemento clave para ayudar a los científicos a predecir algún día el clima espacial que puede afectar la tecnología de la Tierra. Los eventos extremos del clima espacial pueden alterar las redes de las comunicaciones, así como la navegación por GPS (Sistema de Posicionamiento Global, en idioma español) y las redes de energía eléctrica.

La magnetosfera es un escudo permeable. El viento solar periódicamente se conecta con la magnetosfera forzándola a reconfigurarse. Esto puede crear una grieta que permite que la energía penetre en nuestro refugio seguro. Estas grietas se abren y se cierran muchas veces por día o incluso muchas veces por hora. La mayoría de ellas son pequeñas y de corta duración, pero otras son grandes y de duración sostenida. Con el campo magnético del Sol conectándose con el de la Tierra de esta manera, comienzan los fuegos artificiales.

Zesta afirma que: “La magnetosfera de la Tierra absorbe la energía que ingresa del viento solar y libera esa energía, mediante explosiones, bajo la forma de tormentas geomagnéticas y subtormentas”.

¿Cómo sucede esto? Las líneas de fuerza magnéticas convergen y se reconfiguran, lo que da como resultado energía magnética y partículas cargadas que salen despedidas a rápidas velocidades. Los científicos han estado intentando saber por qué este entrecruzamiento de líneas de campos magnéticos (lo que se denomina reconexión magnética) dispara una explosión tan violenta que abre grietas hacia la magnetosfera.

La Misión Multiescala Magnetosférica (Magnetospheric Multiscale Mission, o MMS, por su sigla en idioma inglés), de la NASA, fue lanzada en marzo de 2015 con el fin de observar por primera vez la física de electrones de la reconexión magnética. Repletas de detectores de partículas energéticas y sensores magnéticos, las cuatro naves espaciales de la MMS volaron en estrecha formación hacia áreas de la parte frontal de la magnetosfera de la Tierra, donde ocurre la reconexión magnética. Desde entonces, la MMS ha estado llevando a cabo una “caza” similar en la cola de la magnetosfera.

La MMS complementa misiones de la NASA y de agencias asociadas, como: THEMIS, Cluster y Geotail, aportando así nuevos detalles críticos al estudio en curso de la magnetosfera de la Tierra. En conjunto, los datos de estas investigaciones no solo ayudan a descifrar la física fundamental del espacio, sino que también colaboran para mejorar las predicciones de las condiciones meteorológicas en el espacio.

Para obtener más información sobre el activo espacio que rodea a la Tierra, manténgase conectado con ciencia.nasa.gov.