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Andrés Almeida, contando historias

Crédito: Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA. Productor, camarógrafo y editor: Pedro Cota (Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA).

Fue en una montaña rusa de un parque de atracciones en Florida en donde un niño ecuatoriano de cuatro años tuvo uno de sus primeros encuentros con las ciencias espaciales.

Durante el paseo de la atracción, Andrés Almeida, quien había llegado hacía poco a Estados Unidos desde su ciudad natal de Quito, se sumergió en un ambiente que imitaba al espacio exterior, quedando maravillado por lo que sus ojos café oscuro presenciaban.

“Para mí, fue como estar en otro mundo. Fue la primera experiencia que me hizo creer que yo era capaz de ir más allá. Quedé encantado porque estaba el puro sistema solar en la montaña rusa”, cuenta Almeida al recordar ese recorrido que exhibía, ficticiamente, estrellas fugaces, nebulosas, satélites, meteoritos y cometas.

Así como esta travesía espacial, surgieron más vivencias que sembraron en Almeida una pasión por la astronomía y la naturaleza. Y es que, desde que su familia se trasladó en 1989 de Ecuador al sur de Florida, las ciencias espaciales comenzaron a formar parte de su vida.

“Durante mi crianza en Fort Lauderdale, siempre tuve a mi alrededor mensajes de la NASA, porque en Florida está el Centro Espacial Kennedy, en donde se realizaban los lanzamientos del transbordador espacial. Observar el programa espacial de los Estados Unidos siempre fue algo constante en mi vida”, dice.

Por lo tanto, el amor por las ciencias espaciales ya palpitaba en su corazón desde niño. Pero, al crecer, Almeida se percató de un detalle que pensó que podría alejarlo de esta predilección: el campo de las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) no era el camino en el que quería desempeñarse profesionalmente. “Sabía que quería trabajar en la NASA, pero no sabía cómo. Pensaba que tenía que ser astronauta o ingeniero, y a mí no me gustan las matemáticas”, ríe. “A mí me encanta comunicar y conocer historias, escribir, leer y conectar y conversar con la gente, así que estudié periodismo”, añade el egresado de la Universidad del Distrito de Columbia.

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Andrés Almeida considera que no fue un estudiante tradicional, mas eso no le impidió adquirir su licenciatura en periodismo. “Cuando terminé la escuela, fui a la universidad, pero detuve mis estudios para trabajar. No los terminé hasta los 30 años”, expresa. En la imagen, Almeida sujeta su titulación en las afueras de la Universidad del Distrito de Columbia.
Cortesía de Andrés Almeida

Esta carrera le permitía a Almeida, el primero de su familia en obtener un grado académico, contar y compartir historias científicas a la vez que educaba e introducía a otras personas en las ciencias.

“Hay gente que quiere contribuir a las misiones y proyectos de la NASA, pero piensan que tienen que estudiar carreras STEM. Puede ser, pero no es la única forma. La agencia necesita diseñadores, contadores, planificadores de presupuesto, conocedores de la política, expertos en computación, entre tantas disciplinas”, indica.

De pasante a estratega de contenido digital en la NASA

Antes de que Almeida completara sus estudios de grado en periodismo, realizó, en 2013, una pasantía de otoño en el Centro Marshall de Vuelo Espacial de la NASA, en Alabama, en donde pudo conocer distintas áreas de la agencia espacial. “Mi familia estaba bien orgullosa de mí, porque sabían que eso era algo que yo quería”, comenta.

Esa oportunidad le permitió conectar con profesionales que trabajan en el campo STEM, lo que le posibilitó en 2014 una segunda pasantía en la Oficina de Historia de la NASA, en la sede de la agencia en Washington, D.C. “Ahí, manejé las cuentas de las redes sociales de la oficina. Era interesante porque me tocaba investigar temas de aeronáutica, de aviación y de ingeniería espacial. Tenía que hacerlo para poder compartir la historia de la NASA”, explica.

Asimismo, en esta oficina, conoció a una persona instrumental en su trayectoria como comunicador científico: su exmentor Bill Barry, un historiador jefe en la NASA retirado. “Él me apoyó y me ayudó a involucrarme más en la agencia y a ser un mejor empleado”, manifiesta. De igual forma, conoció a Yvette Smith y a Nadine Andreassen, a quienes agradece, pues fueron igual de esenciales para su crecimiento profesional. “Por eso, es importante buscar personas que vean el potencial que todos tenemos”, agrega.

Ahora, tras siete años trabajando en la agencia, Almeida labora como estratega de contenido digital, encargándose de manejar las cuentas principales de las redes sociales de la NASA y de crear estrategias para promover las misiones de la agencia.

Pensar estratégicamente

Para que Almeida lleve a cabo su labor, es necesario que esté al tanto de las tendencias y conversaciones en las redes sociales y en la prensa. También, debe conocer a fondo lo que está sucediendo en la NASA para poder transmitirle esa información al público. “La meta de mi equipo es compartir un contenido que sea accesible para que todo el mundo pueda leer, ver o escuchar sobre temas de la NASA. Siempre usando un lenguaje apropiado, incluyente y comprensible. Nuestro trabajo no es solo publicar en las redes sociales, sino pensar estratégicamente y en equipo”, aclara.

Señala, también, que es importante compartir datos sobre los descubrimientos de la agencia “porque así se inspira a la próxima generación para que sea parte de algo extraordinario y para que sepa que la NASA está en su vida diaria gracias a las investigaciones que realiza”.

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Entre las actividades que Andrés Almeida lleva a cabo en la Oficina de Comunicaciones de la sede de la NASA en Washington, D.C., figuran compartir noticias en la web, realizar coberturas en directo de lanzamientos, producir perfiles de empleados de la agencia y colaborar con influyentes y corporaciones, entre otras tareas.
NASA / Aubrey Gemignani

Sus actividades como estratega de contenido digital cambian cada día, pues siempre hay nuevos descubrimientos espaciales y terrestres que difundir. Ese es el aspecto que más le motiva a despertarse cada mañana y comenzar su jornada laboral. “El espacio nunca para ni aquí en la Tierra, ni en órbita. Cualquier cosa puede suceder que tenemos que comunicar al público. Y esa es la parte más bonita de este trabajo, que siempre hay algo nuevo”, expresa el comunicador, quien, junto a su equipo de trabajo, ha ganado por cuatro años seguidos los Premios Webby, que reconocen las mejores comunicaciones en la web, bajo la categoría de “Best Overall Social Presence”.

A las personas que deseen ejercer una carrera profesional en cualquiera de las áreas de la NASA, Almeida les tiene la siguiente palabra mágica: inténtalo. “Intenta desarrollar un nuevo talento, estudiar algo que te parecía difícil. Trata de encontrar a alguien que te guíe, que te pueda decir que tú vales, porque todos tenemos valor. Todos podemos contribuir a las misiones de la NASA. No importa si te gustan las matemáticas o el arte, no te limites, porque no tienes oportunidad si no lo intentas”, aconseja.

Representando con orgullo a dos comunidades

Aunque Almeida vivió desde los tres años en los Estados Unidos, sus padres siempre mantuvieron la cultura ecuatoriana en su hogar. “Ellos decían: ‘No pierdas tu cultura, no te olvides de dónde vienes’”, plantea. Por tanto, la visibilidad y representación de la comunidad hispana son temas críticos para el comunicador.

“Es importante que la gente vea que hay hispanos trabajando en la NASA, que de niños a adultos vean que hay alguien como ellos haciendo algo que, tal vez, consideren que está fuera de su alcance, como yo pensaba antes. Hay que mostrar que los hispanos estamos contribuyendo al descubrimiento del universo”, sostiene.

Y, en un evento de la NASA televisado en 2020, Almeida pudo servir de inspiración para las personas que lo observaron cantar el himno nacional frente a la bandera estadounidense, demostrando así que los hispanos están tomando grandes responsabilidades en la agencia espacial. “Es una memoria bien significativa para mí y para mi familia. Mis seres queridos, tanto acá como en Ecuador, pudieron ver el evento. Fue un orgullo para ellos, porque ese fue el sueño de mi padre: que seamos ciudadanos y contribuyamos a los Estados Unidos y a nuestro país de origen, porque contribuir a EE.UU. nos ayuda a inspirar a los que están en Ecuador”, menciona.

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En esta imagen, Andrés Almeida canta el himno nacional de Estados Unidos en un evento televisado en febrero de 2020 desde la sede de la NASA en Washington, D.C. “A mí me encanta cantar y cantaría por las ciencias si tuviera tiempo para componer una canción sobre los planetas”, dice.
NASA / Joel Kowsky

Almeida, a quien le gusta tocar la guitarra, no solo inspira a los hispanos que quieran formar parte de la NASA, sino también a las personas de la comunidad LGBT+. “La agencia tiene una cultura acogedora y respetuosa. Desde mi primer día, me he sentido cómodo y bienvenido en mi trabajo, sobre todo siendo parte de la comunidad LGBT+”, indica. “La NASA se compone de una comunidad diversa en la que todos estamos bajo los mismos sueños de poder avanzar a la humanidad en temas espaciales”, afirma Almeida.

Además de su emoción por trabajar en una agencia inclusiva, recordar el impacto global de su trabajo es lo más que le causa satisfacción. “La NASA está dedicada al descubrimiento de nuestro universo, de nuestra Tierra. Hay que cuidar nuestro planeta porque es nuestro único hogar. Se siente muy bien pensar que mi trabajo es algo más grande que yo”, concluye.

Por Misael Andrés Pagán-Chárriez

Centro de Vuelo Espacial Goddard, Greenbelt, Maryland